Empieza por enjuagarte o lavarte la cara por la mañana. Algunos argumentan que lavarse es imprescindible, mientras que otros opinan que basta con enjuagarse. Esto depende en gran medida de tu tipo de piel.
Paso 2: Aplicar un antioxidante
Un suero diseñado para el día, que debe contener antioxidantes como vitamina C, té verde o resveratrol, debe aplicarse por la mañana para que pueda ayudar a proteger la piel durante todo el día.
La hidratación es el siguiente paso en tu rutina matutina de cuidado de la piel. Esto ayuda a reponer la hidratación perdida por la noche y a retenerla durante todo el día.
Paso 4: Terminar con protector solar
Después de dejar actuar la crema hidratante un par de minutos, aplica el protector solar. Esto es fundamental, y prescindir de él anula el resto de tu rutina.